Me quede en Munnar, en esta población las plantaciones de té colorean y dan forma y relieve a los alrededores.
Muy recomendable, un restaurante en el centro del Bazar, local, mas parecido a un comedor popular pero sin peligro para los estómagos occidentales, donde puedes compartir mesa con los locales, a los que debes recibir con una sonrisa y tendrás una comida entretenida y divertida. La curiosidad de estas personas es impresionante, en toda India vaya.
El recorrido en autobuses de Munnar a Mysore fue largo y agotador. En Mysore visité algunos sitios pero lo mejor el Palacio (Ambas Vila) y la comida y los zumos.
Hampi.... snif snif.... que gran lugar, únicamente los mosquitos, jamás había conducido bajo una tormenta de mosquitos. Imaginaros una inmensa llanura salpicada por arrozales y colinas de granito, grandes rocas desperdigadas a su antojo. Un río, sagrado, como no, en el que los peregrinos se lavan, y donde puedes encontrar, remontando el río, agua limpia y rápidos, menuda corriente.
Además de todo esto, Hampi, se encuentra al lado, encima, rodeada, de una antigua ciudad que perteneció al Imperio de Vijayanagara (siglos XIV, XV y XVI.). Recuerdo el primer paseo, cuando terminé de ver Hampi, sus templos y sus ruinas (la comisaria está construida en una de las ruinas, al igual que muchas casas, humildes por supuesto) empecé a caminar hacia una colina en cuya cima había un templo, al llegar a la ladera, me llamó la atención otro camino y al final, después de 5 horas de paseo asombroso, tuve que volver al día siguiente a subir la primera colina.
Mumbay
Bueno, la vuelta fue buena, pero los cinco días grises con los que Madrid me recibió hicieron que me fuera a Jaca unos días. Allí me he hecho bastante daño, el nervio ciático, doloroso, en cuanto me recupere me pongo en marcha, aún me quedan muchas caras que ver.
Punto y aparte, espero que hasta pronto.
Ciao, besetes y abrazos.
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